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Arata Isozaki, alto honor de la arquitectura

Marzo 2019

Con su enfoque futurista, el arquitecto japonés Arata Isozaki es ganador del Premio Pritzker 2019, el cual es conocido como el más alto honor dentro de la arquitectura.

Nacido en Oita, Isla de Kyushu, Japón en 1931. Arata Isozaki creció en uno de los ambientes más difíciles, Japón después de la Segunda Guerra Mundial, viviendo en un país prácticamente destrozado por la guerra, Isozaki comenzó sus primeros pasos dentro de la arquitectura preguntándose ¿Cómo las personas iban a reconstruir sus hogares tras terribles acontecimientos?

“Crecí cerca del punto cero donde se lanzó a bomba atómica sobre Hiroshima, estaba en ruinas completas y no había arquitectura, ni edificios, ni siquiera una ciudad. Solo me rodeaban cuarteles y refugios. Mi primera experiencia de arquitectura, fue el vacio de la misma, y comencé a considerar como las personas podrían reconstruir sus hogares y ciudades” comentó el arquitecto.

Tiempo después se graduó en la Universidad de Tokio como arquitecto y en 1963 estableció su propio despacho Arata Isozaki & Associates. Dedicándose a la arquitectura desde los años 60, Arata Isozaki ha destacado como un visionario entre sus contemporáneos, que no teme a nada al momento de diseñar y con un compromiso constante con el arte del espacio.

Con más de 100 obras en su haber, Isozaki es un prolífico arquitecto. Su búsqueda por una arquitectura significativa, lo ha llevado a crear obras de gran calidad que hasta el día de hoy se mantienen contemporáneas, reflejando su carácter evolutivo que es difícil de catalogar. Tal cual lo describen en el premio Pritzker “Isozaki supera el marco de la arquitectura para planear cuestiones que trascienden épocas y fronteras”.

Parte de su trabajo también ha ayudado a entablar un diálogo entre la cultura occidental y oriental, buscar reinterpretar las influencias globales dentro de la práctica de la arquitectura y a apoyar el desarrollo de las generaciones más jóvenes en el campo, ya que ha ejercido como profesor invitado en diferentes Universidades en Estados Unidos.

El estilo de sus edificios parece simple por su geometría, sin embargo están basados en una gran investigación de teoría y propósito, siguiendo corrientes como el brutalismo o el high tech pero siempre manteniéndose fiel a sus propias concepciones.

Su constante búsqueda por definir lo que es la arquitectura lo llevo a viajar alrededor del mundo, esto lo beneficio al momento de consolidar su estilo propio, que realza sus influencias globales y atemporales, para él los cambios significan constancia, el evolucionar constantemente y no centrarse nunca en un solo estilo o manera de hacer las cosas.

Con un enfoque vanguardista bastante fluido, Arata Isozaki demuestra que sabe adaptarse perfectamente a las necesidades e influencias de cada entorno en el que trabaja, a través de los conceptos de tiempo y forma. Aquí se refleja su sensibilidad ante las necesidades tanto sociales y ambientales, hace evidente por medio de soluciones interdisciplinarias y de carácter multicultural la conexión reflexiva entre lo local y lo global, que se reflejan en la construcciones que realiza tanto en su país como en el mundo.

Los primeros éxitos de Isozaki fueron sus trabajos realizados en su país natal durante su proceso de reconstrucción después de la guerra, Japón necesitaba más que nunca una nueva arquitectura que lo ayudara a redefinirse. Con proyectos audaces con tientes muy futuristas, como lo fue la propuesta de Isozaki para crear una ciudad flotante en Tokio, con edificios que parecieran suspendidos en el aire, basándose en la naturaleza, por desgracia debido a la época no pudo realizarse.

Su primer proyecto internacional fue el Museo de Arte contemporáneo de Los Ángeles, donde resaltó por su estilo controversial y geográficamente desafiante. Es un edificio de arenisca roja, cuidadosamente construido en base a los principios de la sección áurea y el ying y el yang, que evocan a la naturaleza complementaria entre oriente y occidente.

El alcance del trabajo de este fascinante arquitecto japonés se ha ampliado a lo largo de sus más de tres décadas de trabajo, actualmente incluye proyectos de diferentes escalas y tipologías ubicados en numerosos países. Su obra ha sido descrita como una mezcla heterogenia, entre el pasado y el presente, una combinación de estilos atemporales que mantienen su enfoque fresco.

Su impacto en la arquitectura mundial es evidente, ya sea por medio de sus obras, escritos, exposiciones, la organización de importantes conferencias o por su participación en diversos eventos, Isozaki ha destacado y demostrado un extraordinario potencial, su proyecto más reciente, finalizado en 2018 fue la poderosa pero elegante torre Allianz en Milán, que es un testimonio clave de su capacidad para comprender el contexto que lo rodea en toda su complejidad y crear un edificio notable, perfecto en todas sus características.

Como una de las figuras más influyentes de la arquitectura contemporánea, que a sus 87 años de edad continua en una búsqueda constante, que no teme al cambio y a probar nuevas ideas, sabe sacar el máximo provecho de el mundo que lo rodea, basándose en una compleja comprensión no solo de la arquitectura, sino también de la filosofía, la historia y la cultura.

Así es como lo describe el jurado del premio Pritzker “Él ha reunido al este y al oeste, no a través de un la imitación o como un collage, sino por medio de la forja de nuevos caminos. Él ha dado un ejemplo de generosidad al apoyar a otros arquitectos y alentarlos en concursos o trabajos colaborativos. Por todas estas razones, el Jurado del Premio Pritzker de Arquitectura ha seleccionado a Arata Isozaki, el máximo honor de arquitectura 2019”.

pritzkerprize.com